viernes, 27 de mayo de 2016

LA ACECHANTE SOMBRA DEL BIKINI

Cuenta atrás para el verano, la piscina, la playa y...¡ay madre mía! ¡hay que enseñar el cuerpo si no quieres morir de calor! Es la eterna lucha a la que hay que enfrentarse todos los años. Algunos se han estado preparando para el momento y más allá. Se les reconoce muy fácilmente porque son ese tipo de chicos que a la mínima de cambio se quita la camiseta ajustada (que casi casi parece como su segunda piel de lo apretada que la llevan todo el año) o en el caso de las chicas, el mini short que apenas les cubre lo justo y que les encaja como un guante de látex (a veces tanto, que resulta hasta doloroso mirarlas). Pero tienen una gran ventaja: no tienen ningún problema en mostrar su cuerpo serrano, es más, están hasta deseando que llegue ese momento para exhibirse y dejar una estela de envidia allá por donde van. ¿Por qué? Muy sencillo, porque llevan todo el año sufriendo y sudando en el gimnasio solo para esto, para darte con sus abdominales en las narices, para que sigas con la mirada los pasos que da con sus perfectas y estilizadas piernas, para que cada movimiento de su tonificado brazo genere en ti una corriente de rabia contenida por no haber hecho los deberes y dejarlos para última hora como siempre.

Llegados a esta trágica situación, no queda otra que mentalizarse. Tu cuerpo necesita liberarse de la ropa de invierno y sentir el frescor del tan deseado aire veraniego, últimamente más conocido como "el sofocante calor" que no es otra cosa que el "capricho" del cambio climático que según se levanta así nos da. Pero lo importante, ¿cómo superar el trauma de ponernos en bañador delante de la gente? Uno, no mirarse en el espejo; dos, cerrar los ojos y quitarse camiseta, pareo o lo que lleve uno encima; y tres, meterse rápido en el mar o en la piscina, y en caso de los de secano, tumbarse corriendo en la toalla. Las primeras veces cuesta pero uno se termina por acostumbrar y los testigos oculares se cansan de fijarse siempre en la misma víctima, van cambiando de objetivo. Aunque es cierto que en el caso de las mujeres es más duro porque tenemos demasiados frentes abiertos: las chicas del mini short que eclipsan las miradas de los hombres, incluido el tuyo; las amigas criticonas que pasan a convertirse en tus más queridas ex amigas; las vecinas, sobre todo las que no te tragan (por favor, que las mías no se den por aludidas...que tenemos mucho verano por delante jajaja); tu pareja que lleva todo el año echándote piropos del tipo "estás echando culo", "vaya barriga tienes", "esa celulitis"... y lo peor es cuando tu madre le da la razón y te dice aquello tan de madre de... "te lo avisé"...¡no, mamá! ´¡tú, no!¡no puedes ponerte de su lado que tu hija soy yo!

Estos son solo algunos ejemplos de lo que tenemos que soportar las mujeres cuando tenemos que lucir nuestro cuerpo si o si. Pero amigas, no preocuparos porque todo tiene su lado bueno. ¿A quién no le apetece una cerveza fresquita, una deliciosa paella en el chiringuito de la playa, una ración de pescaíto frito, un helado de chocolate...? A todas, incluidas a las chicas del mini short pero ellas no pueden caer en la tentación porque el sacrificio anual del gimnasio se iría al traste. Así que a disfrutar del verano como cada una quiera, pero sobre todo siendo feliz con una misma, con o sin michelines, porque como dice la canción: "solo se vive una vez".

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