miércoles, 30 de noviembre de 2011

Hasta la vista compañeros

Llegó el tan no deseado día, la fecha de caducidad, el fin de obra...vamos, mi último día de trabajo. No, no estoy llorando por las esquinas, soy una mujer fuerte (lo demostré cuando parí a mi fierecilla) y además lo sabía desde el principio, parafraseando el título de la mágnifica novela de Gabriel García Márquez, sería algo así como  "Crónica de un finiquito anunciado". Eso no significa que no me entristezca, que si me entristece, bueno más bien me jode, pero "la vida es así, no la he inventado yo...." ¡Dios, que poética que estoy! Igual estoy más sensible de lo que creía, no sé, me ha salido de repente, creo que es parte de una canción cuyo cantante no conozco, pero que más da, lo importante es el mensaje y no el mensajero.

Como iba diciendo, y ahora en inglés que viste mucho, "today is the last day but...don´t worry be happy", o lo que es lo mismo, "hoy es el último día pero...no te preocupes, se feliz", pues eso hago y la alegría me la ha dado mi enano esta mañana cuando me ha visto vestida y me dice con su dulce vocecita: "mami ¿vas a trabajar? a lo que yo respondo, "si cariño pero mañana no y estaré todo el día contigo", en ese momento se le ha encendido la cara y con una sonrisa de oreja a oreja va y me dice: "vale", entonces a la que se le ha encendido la cara ha sido a mí, con la consiguiente caída de baba, por supuesto. ¡Qué bonito! Ha sido uno de esos momentos irrepetibles entre madre e hijo...pero su llanto me ha devuelto a la realidad cuando ha llegado la hora de irme pero tenía que hacerlo. Te sientes una mala madre por dejarle con ese berrinche pero sabes que se queda en buenas manos, en las de su padre que le ha cuidado estupendamente bien mientras los días que ha durado mi mini trabajo...¡estoy muy orgullosa del padre de mi hijo!

La obra con fecha de caducidad está a punto de ser entregada. Dentro de unas horas el cliente podrá saborear un trabajo muy bien hecho por mucha gente, y yo disfrutar de mis compañeros lo que queda día. Mañana ya será otra historia en la que el protagonista será mi hijo...y mi pilates. ¡Hasta la vista compañeros!

lunes, 28 de noviembre de 2011

El trabajo, una especie en peligro de extición

Es lunes, ha salido el sol y comienza una nueva semana. ¿Cómo se presenta para mí? Bien y regular...bien porque todavia me queda una vida laboral para seguir pasando con éxito al menos un par de pantallas más, y regular porque justo cuándo llegue el ecuador de la semana, aparecerá el insistente y parpadeante mensaje de "game over" que significará  el finiquito de mi contrato y la no deseada vuelta a empezar. Entonces me colocaré en la casilla de salida, vamos que me volveré a sentarme frente al ordenador y el móvil a mano para encontrar un nuevo juego que me permita seguir trabajando. Dicen que los cambios siempre son para bien y en la mayoría de los casos es cierto, pero ¡joder, el trabajo ha sido tan corto que ni siquiera me ha dado tiempo a cogerle manía!...un noble sentimiento que se genera para convencerte de que estás muchísimo mejor ahora que antes, aunque el ahora sea estar de nuevo en el paro...un consuelo a tiempo siempre ayuda.

Lo peor de los cambios es que te obligan a partir de cero otra vez, ¿qué hacer en esos casos? enfundarte el traje de camaleón y adaptarte lo mejor que puedas al medio. Tienes que estar atento a cualquier indicio, por pequeño que sea, y llegar a tu presa antes que cualquiera de los 4.999.999 pares de ojos camaleónicos que giran cada uno por su cuenta y permiten una visión más amplía del terreno. Hay que moverse en un entorno hóstil donde el trabajo se está convirtiendo en una especie en peligro de extición, porque hay poco para tantos comensales. Es fundamental ser rápidos y confiar en tu suerte. Pero eso será dentro dos días.

Como hacía tan buen día, he ido caminando al trabajo. Lo sé, no debería decirlo, pero ¡dejadme que disfrute de mi suerte!...al menos en esto soy una privilegiada. Llevo viviendo casi cinco años en la casa que mi marido y yo decidimos comprar y el 90 por ciento de los trabajos que he tenido (que han sido unos cuantos pero sin pausa laboral y no como ahora) han estado situados a 20 minutos andando. Si me lo llegan a decir cuando firmamos la hipoteca, no me lo hubiera creído, pero es la verdad...en ese sentido la suerte me ha seguido acompañando, ¿se puede pedir más? ¡Joder, al final va a resultar que me quejo de vicio!

sábado, 26 de noviembre de 2011

Trabajar en sábado sólo tiene una ventaja: se puede aparcar

Al final he trabajado unas horillas, eso si, antes de irme a la oficina le he dado el desayuno al peque, cambiado las sábanas de su cama, metido los cacharros sucios en el lavaplatos, recogido mi cuarto y puesto una lavadora (como se nota que he practicado en las tareas domésticas durante la época de sequía laboral). Es en estos pequeños detalles donde se ve claramente que las mujeres somos capaces de organizar y distribuir mejor nuestro tiempo, una virtud que se convierte en un arma de doble filo porque trabajas dentro y fuera de casa como una autómata y encima te consideras una superwoman ¡hay que joderse! ¡qué bien nos enseñaron desde pequeñas nuestras madres! Menos mal que las heroínas de vocación están dejado paso a las nuevas generaciones que luchan por la paridad en el hogar, o parafraseando a los suecos del mueble, ¡viva la república independiente de mi casa!

Desde luego hoy no he dado muy buen ejemplo a las jóvenes guerreras adelantando trabajo en casa, pero cambiar a mis taytantos años cuesta. Además he salido más tarde (y por tanto he tenido más tiempo para las faenas de limpieza) porque he ido en coche, es la única ventaja de trabajar en sábado ya que la mayoría de la gente de oficina descansa y deja sitio de sobra para aparcar frente a la puerta del edificio que aún da cobijo a mi condición de trabajadora, temporal pero trabajadora al fin y al cabo. ¡Qué gozada! En  cinco minutos ya estaba sentada en mi silla dispuesta a terminar mi obra con fecha de caducidad (antes de que ella acabe conmigo el miércoles).

Ha sido una jornada productiva y relajada hasta el momento en el que mi marido me ha llamado al móvil un par de veces para recordarme que se tenía que ir a trabajar, y yo hacerle el relevo con el niño. Viendo la hora que era, se me ha ocurrido hacer el intercambio del peque en la puerta de mi oficina, momento que he aprovechado para enseñarle donde trabaja su mamá y de paso presentarle a mis compañeros. Al principio es tímido cuando hay muchas caras desconocidas pero enseguida coge confianza, sin embargo no le he dado tiempo. Mientras recogía mis cosas, he conseguido que se despidiera y les dijera adiós, dando muestra de buena educación. El chiquillo estaba un poco despistado y no reconocía el ascensor ni los pasillos pero en cuanto hemos salido a la calle ha localizado rápidamente el coche, ¡qué listo es!...solo me falta decir ¡y qué guapo! pues también lo digo, para eso soy su madre y además, no es por nada, pero es verdad y lo digo sin ningún pudor.

Durante el cortísimo trayecto a casa, hemos charlado, me ha contado que ha comido en casa de los abuelos y que le han llevado al parque mientras papá descansaba un poco...los niños no tienen secretos, lo cuentan todo, es más, son indiscretos por naturaleza y el mío lo es. A veces te hacen pasar verdaderos apuros, tienen la manía de decir en voz alta lo primero que se les ocurre cuando ven a gente que, por lo que sea, les llama la atención, en ese momento deseas que te trague la tierra pero sonríes con un gesto forzado y comentas "hay que ver cómo son los niños"...la fórmula suele funcionar y el "ofendido" es comprensivo, no se enfada, te mira y devuelve la sonrisa...entonces tú respiras. Rompo una lanza en favor de mi hijo porque no recuerdo cuando fue la última vez que tuve que usar la técnica de la risa fingida.

Y hablando de tiempo. Después de cinco días, por fin ¡mamá ha bañado a su dulce diablillo! Parecerá una tontería pero lo echaba de menos, es un momento divertido porque disfruta mucho con el agua aunque se acuerda de mí y de toda mi familia (que también es la suya) cuando le lavo la cabeza y hoy toca. No le gusta nada nada nada que le toquen el pelo, tiene solo dos años pero un par de... y mucha fuerza, se revuelve como una fierecilla. Ha sido una pelea cuerpo a cuerpo y algún manotazo me he llevado pero aún puedo con él, además le amenazo con dejarle sin cenar y para en seco. Afortunadamente no he tenido que utilizar mis armas de madre y ha cenado como un campeón, vamos, como siempre, en eso tengo suerte...para otras no tanto, por ejemplo, acabo de recordar que dejé la lavadora puesta esta mañana y que no se tiende sola.

viernes, 25 de noviembre de 2011

El final del contrato llega y yo volveré a mi pilates

Comienza la cuenta atrás, me quedan tres días de trabajo y de nuevo a mis clases de pilates. Versionando al Duo Dinámico la cosa sería así: "el final, del contrato, llegó y tú partirás...yo no sé, hasta cuándo, mi jefa me recordará...pero sé que en mis manos, yo, te tuve ayer (al trabajo, no a mi jefa) y eso sí que nunca, nunca yo olvidaré...dime dime dime dime jefa, si lo hice bien o mal y si el trabajo nos unió..." He cambiado un poco la letra para adaptarla a mi realidad, y no, no soy pesimista, es que el trabajo tenía fecha de caducidad como los yogures y el día tope es el miércoles que viene. Aún me queda un fin de semana para disfrutar de mi temporal condición de trabajadora (igual mañana tengo que echar unas horillas pero sarna con gusto no pica).

Hago balance de estas dos semanas de trabajo y todo ha sido bueno, todo menos el no llegar a tiempo para bañar al peque de la casa, pero su padre lo ha hecho estupendamente bien, es la prueba viviente de que cuándo uno quiere, puede (con esto no quiero decir que hasta ahora no supiera, que sí que sabe, es simplemente un inciso que aprovecho para enviar un mensaje a todos los papás del mundo). Han sido muchas horas, muy intensas, pero es lo que tienen las obras con fecha de entrega, que tiene que estar listas mucho antes de ese día porque ya se sabe (y si no lo sabíais os lo digo yo) hay muchos muchos muchos jefes que miran y remiran el producto, todos tienen que poner su guinda y cambiar aunque sea una coma...es el sello de identidad con el que justificar su trabajo.

Ha sido bonito sentir de nuevo que sabes hacer más cosas que cambiar pañales, hacer purés, etc, etc...vamos, los quehaceres de madre. Lo malo es que el trabajo fuera de casa ya se acaba...algunos dirán eso de "lo bueno y breve dos veces bueno", ¡pues no! yo prefiero dos veces más aunque no sea tan bueno. Ahora prima la cantidad a la calidad, lo contrario solo está reservado para los privilegiados, pero la mayoría de la plebe estamos sujetos a las tendencias. En época de crisis lo que se lleva es el trabajo temporal y cuánto más temporal más estilo, vamos, que yo voy a la última, aunque tengo una amiga más moderna que yo, le hicieron un contrato por cinco días y está muy contenta porque se lo han renovado por cinco más...quién conoce la profesión sabe que no exagero ni un ápice. Es una moda minimalista donde predomina lo sobrio y austero, contratos minis y escasos donde el diseñador, en este caso empresario, ahorra al máximo en tela, en la tela que no te paga, pero las cosas están así, es como las lentejas, si quieres las tomas y sino las dejas, pero si tienes mucha hambre ¿no es mejor comer aunque no sea tu plato favorito? Pues en ésas estamos, añorando los tiempos de bonanza en los que tenías donde elegir y en los que calidad y cantidad iban a la par.

Dentro de tres días se termina mi mini trabajo y vuelvo a la realidad, porque para mí estos días han sido un sueño del que no me gustaría despertar pero el cronómetro ya está en marcha, tres, dos, uno y... a pilates otra vez, a reencontrarme con mi amiga, la gran pelota azul que abandoné justo cuando empezaba a entenderme con ella y no se alejaba tanto de mí...¡a ver cómo me recibe!

domingo, 20 de noviembre de 2011

Un día estuve orgullosa de mis políticos...¿sueño o realidad?

Cinco minutos más y me encuentro las puertas del colegio electoral cerradas. He alargado tanto el fin de semana que si me descuido no llego a ejercer mi derecho al voto. Tampoco me hubiera echado las manos a la cabeza si no me da tiempo a meter la papeleta en la urna, porque un voto más o menos no creo que cambie el rumbo político de nuestro país, o ¿si?...y más en unas elecciones donde todos daban por vencedor a Mariano Rajoy desde que se conoció la fecha clave del 20 N. Creo que ha sido la campaña electoral más aburrida y menos emocionante que he vivido en mis taytantos años de...bueno, algunos menos porque  tengo que restar mis primeros 18 años de vida (esos en los que se supone no tienes juicio suficiente para decidir lo que quieres y puedes hacer, un derecho que hasta ese momento solo tienen tus padres y que por supuesto yo pienso ejercer sobre mi hijo). La verdad es que la única sensación que me ha provocado es pereza, pero como no quiero ser una pecadora y menos de grado capital, he ido a votar.

Parece que somos pocos los que hemos superado la pereza y rellenado las urnas de cristal de sobres blancos y sepia. No me extraña. El panorama económico es devastador y los candidatos han estado más preocupados en desacreditar al otro en lugar de contarnos cosas que de verdad nos interesan y afectan, como por ejemplo soluciones para acabar con el paro, un dos tres responda otra vez. Ni siquiera fueron capaces de animarnos en el famoso y descafeinado debate entre Alfredo Rubalcaba y Mariano Rajoy, a mí dejaron fría aunque paradójicamente muy calentita porque ¡joder, ninguno quiso mojarse y detallarnos el duro tratamiento que nos van a administrar! (creo que nos van a hacer mucha pupita). El mensaje que dejaron, o al menos a mí, fue " renovarse o morir " y es lo que ha pasado.

Las primeros escrutinios ya situaban a Rajoy con mayoría absoluta y no se han equivocado, por fin puede decir eso de "a la tercera va la vencida y conquisto la Moncloa". Solo espero que de verdad el nuevo presidente del Gobierno coja al toro por los cuernos, que la oposición sea responsable, olvide pronto el descalabro y juntos hagan lo que tengan que hacer (me temo que van a ser recortes y más recortes e impuestos y más impuestos...vamos, que nuestro bolsillo se va a quedar temblando y eso si tienes suerte de tener un trabajo), pero ¡por favor, sáquennos del pozo que cada vez huele peor y no tengo ganas de que la mierda me llegue más allá de la rodilla! Me gustaría poder decirle a mi hijo que por una vez en la vida estuve orgullosa de mis políticos, que el 20 de noviembre de 2011 decidieron enterrar el hacha de guerra y pelear codo con codo para salir "todos" victoriosos. Lo sé, es una utopía, pero ¡sería tan bonito! Hala, ahí os dejo eso, un sueño para reflexionar. Por cierto, ayer le dediqué la jornada de reflexión a mis amigos, con los que disfrute de un estupendo fin de semana en una casa rural lejos del mundanal ruido. ¡Os quiero chicos!

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Los amigos se hacen...y te hacen la vida más agradable

Es agradable encontrarse con antiguos compañeros, pero sobre todo que se alegren de verte y eso se nota.  A lo largo de los taytantos años recién cumplidos que tengo, he aprendido a distinguir a la gente que te aprecia de la que no, además suele ser algo mutuo, normalmente no caes bien a quién no te cae bien. Eso te da otra pista para descubrir la verdadera cara de la amistad. Ojo, que no es una regla de oro pero suele funcionar y si no haz la prueba...piensa en alguien a la que no tengas especial cariño...¿a qué tampoco ella suele ser especialmente simpática contigo?  (¡joder, parezco una psicoanalista argentina por lo menos!) O dicho de una manera mucho más sencilla, que os caéis como el culo pero como hay que convivir y tus padres te han enseñado muy bien, eres educada y saludas de forma educada y ¡ya está! Hipocresias las justas.

En estos tres días de reencuentros en el trabajo, he comprobado mi teoría. Los abrazos y be sos son un pulsómetro perfecto, dependiendo de la intesidad de ambos, asi es el grado de amistad o aprecio. Estoy muy satisfecha porque los de bajo consumo han sido muy pocos (y por supuesto reciprocos). Luego está la tan manida palabra "feeling", eso que se supone te da o no te da cuando conoces a gente nueva, y que puede ser bueno o malo. En mi caso, esa "sensación" (me gusta más esta palabra y creo que es menos pretenciosa) ha sido buena. Me siento agusto con mis actuales compañeros y creo que ellos también lo están conmigo. No se nos ve forzados en las conversaciones ni en las risas que nos echamos durante nuestros momentos kit kat. La verdad es que son muy majos y me han adoptado como hermana mayor...tengo algún año más que ellos...pero no tantos como para ser su madre aunque en mi casa si lo sea. Y hablando de mi condición maternal, me voy a la cama que es tarde y mi pequeño y dulce despertador no perdona por las mañanas.

martes, 15 de noviembre de 2011

La vuelta al trabajo más esperada

Después de casi cuatro meses he vuelto a trabajar, ¡qué satisfacción! y uffff, ¡qué respiro! Sé que es para pocos días pero es una inyección de ánimo muy saludable. Por regla general soy una persona muy optimista, pero a veces bajas la guardia, estás más sensible...y ¿os podéis creer que la gente se sorprende? Llegan a decirte: "con lo positiva qué eres tú, no lo entiendo"... pues yo sí, ¡joder, los positivos también tenemos derecho a ser vulnerables y "disfrutar" de días tontorrones!  Afortunadamente son los menos y enseguida pongo remedio, no tengo la fórmula magistral pero lo importante es mantenerse activa. Durante mis últimos días de parada, descubrí que las clases de pilates son perfectas para el momento "tienes que ocupar tu tiempo en algo", y claro, ahora con el trabajo (¡bendito trabajo!) no puedo dedicarle mis esfuerzos ni pelearme con la enorme pelota azul con la que empezaba a hacer buenas migas...pero prometo que volveré en cuanto me asiente en el trabajo, bueno, igual no me da tiempo porque son tan pocos días que cuando quiera darme cuenta ya estoy de nuevo en la cola del INEM y ¡qué más da!, ¡qué me quiten lo currao!

Hoy ha sido mi segundo día como cotizadora de la Seguridad Social (una obligación que se supone te reportará unos beneficios cuando llegues a viejecita, pero al paso que avanza la crisis igual para mi jubilación lo único que veo es el agujero de la hucha, rota). De momento me sigo levantando a la misma hora, mi hijo aun no se ha dado cuenta de que su mamá ha dejado de ser una mujer parada, ¡el jodio parece que se ha tragado un despertador con las manillas marcando siempre las 8 en punto! No importa porque la verdad es que tengo mucho trabajo que hacer (y que no falte), tampoco es que el niño me haga un favor, no os equivoquéis...media horita más de sueño no me vendría mal. Pero para qué cambiar las costumbres si a él le vienen bien así, ¿verdad?

Mi nueva situación no le afecta por las mañanas porque sigo dándole el desayuno y llevándole a la guarde, lo que si ha cambiado es la persona que le baña y le da la cena...ya no es mamá, ahora es papá. Con esto no quiero decir que su padre no haga nada, lo que pasa es que él siempre trabaja y a veces no llega a tiempo a la hora del baño, y ahora es la ex parada la que llega tarde y cuando llega, el apañado de su papá (que ha podido organzarse con el horario) ya lo tiene listo para ir a la cama. Del tema del sueño me sigo ocupando yo, es mi peor pesadilla, nunca quiere dormir, nunca tiene ganas, los cuentos que le cuento y que me invento nunca son suficientes, "el último mami, el último"...a veces soy yo la que primero cae. Ahora he cambiado de táctica, en lugar de obligarle a dormir le obligo a no dormir y ¡funciona! Los niños son así, diles que no, que ellos dirán siempre que sí, al menos el mio. No se cuánto tiempo me durará la técnica de "lo contrario", pero de momento se va a la cama sin llorar ni patalear...lo de dormir es otro cuento.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Una noche perfecta

Anoche era de obligado cumplimiento salir a celebrar mi cumpleaños y mi vuelta al mercado laboral (aunque sea por pocos días). Una velada romántica, una buena cena, un buen vino, una conversación agradable y tranquila, sin gritos ni llantos ...pero hay una pieza que encajar, ¿dónde colocamos al niño? Entonces te acuerdas de toda tu familia, de tu madre, tus hermanos, tus suegros...y llega el momento crítico ¿con tu familia o con la del padre? Seamos sinceros, cada uno tira para los suyos, pero en mi defensa diré que siempre que se ha quedado a dormir lo ha hecho con sus abuelos paternos (y yo encantada y que conste en acta) con los que se lleva de maravilla. Eso significa que hoy le toca a alguien de mi sangre y el honor recae sobre mi hermana la pequeña. La canguro elegida tiene una preciosa niña un año mayor que el trasto de mi hijo, y una ventaja: los primos se llevan genial, hacen muy buenas migas, chillan igual, corren igual, saltan sobre la cama igual...vamos, que son dos pequeños animales ¡a ver cómo se las apaña con los dos!

Desde que esta mañna le he dicho a mi  fierecilla que vamos a casa de su prima, no ha parado de preguntarme con ese chirriante tono de voz que puede taladrar el tímpano, ¡maaamiii cuándo vamos, cuándo vaaaaamos!... "dentro de un rato cariño, dentro de un rato". La verdad es que su insistente deseo me viene estupendamente para chantajearle y que me haga caso. Uno de sus juegos favoritos es el lego de toda la vida, le encanta hacer construcciones pero sobre todo tirarlas después y ver desparramadas tooodas las piezas por el suelo...eso está muy bien si luego las recoge pero no, no lo hace y a mí me llevan los demonios...hasta hoy que he descubierto el método infalible: "si no recoges, no vamos a ver a tu prima", y oye, funciona, ha guardado todo en su caja ¡bien bien bien! Adoro a mi sobrina pero hoy más que nunca.

Llega el momento esperado por mi peque (y también por mí y por su padre, para que negarlo). Mi sobrina se pone loca de contenta cuando ve a su primo entrar por la puerta, enseguida se ponen a jugar y se olvidan de los mayores, momento que aprovechamos mi marido y yo para salir a escondidas. Ya estamos en la calle, ¡y solos! Es una sensación rara, pocas veces nos separamos de él pero por salud de pareja hay que hacerlo de vez en cuando...y hoy tocaba. La noche estuvo muy bien pero la mañana mejor, nadie ha venido a hurtadillas a mi cama a las tantas de la madrugada ni me ha despertado a gritos a las 8 en punto ¡he dormido de tirón y me he levantado tarde! Todo un lujo.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Hoy puede ser un gran día....y lo es

Un día grande...mis dedos han sobrevivido aunque teñidos de un ligero color cardenalicio, pero el sacrificio ha merecido la pena porque ¡TENGO TRABAJO! Está cerca de casa, puedo ir andado y de camino dejar a mi enano en el guarde, no tengo que estresarme porque llego tarde y no encuentro sitio para aparcar el coche, ni llegar con la lengua fuera por el sprint final...todo ventajas, la única pega es que son pocos días de trabajo, solo 15, pero tal y como está el patio, me parece un lujo...no me puedo quejar, o mejor dicho, no debo quejarme sabiendo que todavía hay 4.999.999 parados, por respeto a ellos. El lunes dejaré de ser oficialmente desempleada (aunque de forma temporal), llevaré mi tarjeta de la Seguridad Social y el número de cuenta en la que me ingresarán la nómina correspondiente a los días que trabaje, pero nómina al fin y al cabo, ¡toma ya! ¿ahora que tiene que decirme la caja de mi cuidad natal (soy de Madrid, por si alguien no lo sabía)? ¿me volverá a cobrar los 17 euros de gastos de tarjeta? supongo que ahora me tratará como antes, como a una clienta más.

Por un tiempo voy a volver a ser madre trabajadora y a recuperar mis derechos, solicitaré de nuevo los 100 euros mensuales por ser madre de un niño menor de 3 años y trabajar, aunque ¿no sería más lógico que la ayuda te la prestaran mientras no trabajas que es cuando te hace falta el dinero? Lo mismo pasa con el famoso cheque guardería (otros 100 euros al mes) del que nunca me he beneficiado porque si no trabajas en el momento de pedirlo no hay nada que hacer, y a mi siempre me ha pillado en paro aunque al mes siguiente haya empezado a trabajar...vamos, que a las madres paradas les sale más cara la guardería que a las que tienen un sueldo a final de mes...son las grandes contradicciones de la sociedad del bienestar. Pero se acabaron las quejas que hoy es un dia grande, voy a volver al mercado laboral y encima es mi cumpleaños.

Hoy hace taytantos años que nací, no digo la edad por no dejar mal a las demás, las comparaciones son odiosas y es feo hablar de edades, solo diré que he rebasado los límites de...y no de los 30, hasta ahí puedo llegar. Mi hijo ha sido el primero en felicitarme, con esa puntualidad británica que le caracteriza, a las 8 en punto de la mañana ha hecho acto de presencia en mi habitación y con su dulce voz me invita a acompañarle al salón, al tiempo que tira de la sábana, ¡mamiiiiiiiiiiiii, ariba, al salooooooón! Sus deseos son órdenes para mí aunque me resista...con un movimiento más agil que de costumbre, me pongo en pie ¡halejop! hoy no me importa levantarme, es mi cumpleaños, he recibido el mejor regalo que podian hacerme en este momento ¡un trabajo!, tengo a mi hijo, a mi marido...el teléfono no deja de sonar ¡felicidades!...y encima ha salido el sol, ¿qué mas puedo pedir?

viernes, 11 de noviembre de 2011

David contra Goliat, la Banca no siempre gana

Buenos días y buenas noticias, ¡lo conseguí! ¡la caja de la capital me ha devuelto los 17 euros de gastos de mantenimiento de tarjeta que antes nunca me cobraba! Ya sé que 17 euros no me sacan de pobre, pero ¡ y el gustazo de haber ganado mi pequeña contienda contra la Banca, qué! Me siento como David contra Goliat, aunque en este caso la piedra lanzada solo le ha rozado mínimamente pero que muy muy muy mínimamente la oreja, vamos, que para la caja 17 euros son un minucia que ni tiene en cuenta, pero para mí es un gran triunfo. No sé muy bien como lo he conseguido, igual la amenaza velada de "hay otros bancos que no me gravan por estar en paro" ha servido de algo. De momento, les voy a dar un margen de confianza y no les voy a mandar a tomar por culo, pero les voy a vigilar muy de cerca, y a la mínima ¡zas!..cancelo cuenta y me llevo mis eurillos, que digo yo que algún banco los querrá aunque ahora no sea la mejor clienta.

Mi otra batalla, la que mantengo con la compañía de teléfonos que va por fibra óptica (¿alguna pista más?) es otra historia. El problema no es solo que la factura vaya in crescendo (como el riesgo de la deuda italiana), es que la tensión de la línea no tiene el voltaje suficiente para garantizar al cien por cien la seguridad de mi casa. ¿Cúal es la solución que me da el técnico que viene? la de Poncio Pilatos, "como usted puede hablar por teléfono e internet le va bien, consideramos que el servicio es correcto", ¡hala, y se queda tan pancho! sin pestañear, termina de lavarse las manos...bueno, eso intenta, porque me niego a que se vaya sin más...que me explique por qué durante dos años la alarma ha estado funcionando bien y ahora no, igual es porque "ellos" tienen algún problema técnico, vamos, que tanta promoción para conseguir nuevos clientes les ha funcionado pero les ha petado el sistema, sino no lo entiendo. Al final el aprendiz de Pilatos habla con sus jefes y llegamos a un principio de acuerdo, "aunque el problema realmente no es nuestro (erre erre con la cancioncita), van a intentar solucinarlo desde la central, si ve que el lunes la avería continúa, vuelva a llamarnos". Y en esas hemos quedado, una tregua hasta el lunes...así a mí también me da tiempo a ver otras ofertas por si finalmente me doy otro gustazo, y paso de tocarles la fibra, a cortarles el cable.

La verdad es que estoy muy contenta y bastante satistecha con el trabajo realizado... las dos tareas que me puse e "impuse" ayer, las he cumplido más o menos con éxito. Hay que ir cerrando frentes para abrir otros, pero hoy no tengo ganas de guerrear, voy a guardar la lista de asuntos pendientes en el cajón, llega el fin de semana y con mi precioso e inquieto hijo ya tengo más que suficiente. Además hoy tengo uno de esos días en los que sé que algo bueno me va a pasar...y no, no soy bruja, es que me han llamado hace un rato para un posible trabajo ¡si si siiiiiii!  pero no quiero cantar victoria antes de tiempo. Os dejo, necesito las manos libres para cruzar los dedos hasta que me cambien de color. Mañana desvelaré si ha merecido la pena jugarme los dedos, pero ya adelanto que pase lo que pase estoy feliz porque alguien se ha acordado de mí.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cómo sobrevivir a un día gris, ¡cantando las cuarenta!

Esta mañana me he levantado como el tiempo, con un tono vital grisáceo, ése que invita a tumbarte en el sofá, con la mantita encima y a ver la tele hasta que te entra el sopor y las persianas de los ojos se van cerrando poco a poco sin que puedas hacer nada para evitarlo...vamos, ¡que me he levantado perezosa!, pero aún así ya he recogido los cacharros de anoche, limpiado la vitro, enviado un par de correos...y lo más importante, el niño ya está de camino a la guardería, hoy le ha llevado su padre, lo que significa que aun no me he quitado el pijama.

Uffff, tengo tantas cosas que hacer que no se por donde empezar. Creo que voy a elaborar una lista de tareas, pero sin agobios, ¿que termino hoy? bien...¿que no? pues mañana, alguna ventaja tiene que tener estar parada y ser autónoma de tu tiempo. Visto así, ya empiezo a vislumbrar algún claro en esta fría mañana de otoño. Lo primero es llamar a la compañía de teléfono para pelearme un rato (eso seguro que me ayuda a ponerme las pilas) y que dejen de engañarme, son como el flautista de hamelin, te cuentan una milonga que suena bien y tú como un tonto vas detrás hasta que te llega una factura con casi el doble de euros a pagar, "¿cómo es posible?", te preguntas inocentemente, pues muy sencillo, la promoción que te ofrecieron acabó y como no avisan la hostia te la comes. Eso es lo que me está pasando a mí, pero de hoy no pasa que lo solucione, ésta es una de las tareas que no puedo posponer para mañana, la economía no está para bolsillos rotos, un zurcido a tiempo puede ahorrar unos eurillos...para época de crisis es recomendable tener aguja e hilo siempre cerca.

Más cosas, más cosas...ah, se me olvidaba que tengo pendiente otra pequeña discusión, pero esta vez con el banco, o en mi caso, caja, la de Madrid. Resulta que ahora si no tienes una nómina en la cuenta te clavan 17 euros por gastos de la tarjeta y casi 5 euros por el mantenimiento de la cuenta.  ¿Perdonaaaa? ¡que estoy parada! y no por gusto, ¿es justo que gravéis aun más mi situación económica? no entiendo nada, para los que tienen dinero todo son ventajas porque no pagan, pero para los que no tenemos un euro todo son gastos, ¿no sería más lógico que fuera al revés? si es una manera de incentivar al consumo, conmigo que no cuenten porque tengo unas ganas de mandarles a tomar por culo...y lo bien que me voy a quedar. Creo que esta interesante operación bancaria también tengo que tramitarla hoy.

Creo que entre pelearme con los del teléfono de casa y darle los malos días a los de la caja, tengo la mañana echada...bueno, dejaré un hueco para hacer un poco de compra, que el frigorífico anda un poco escaso tras un día de fiesta, y mañana terminaré la lista mañana.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Las madres paradas también trabajamos en fiesta

Hoy es fiesta en Madrid, pero me toca trabajar desde las ocho de la mañana...y no, no he encontrado trabajo, es que las profesoras de mi hijo están celebrando el día de la Almudena (momento que aprovecho para felicitar a todas las Almu del mundo) y las antiestéticas persianas metálicas de la guardería están cerradas...vamos, que me voy a pasar todo el santo día diciéndole en voz alta (lo que en el argot familiar significa "gritar") "no hagas esto". Lo bueno es que no me voy a aburrir y además, ya que hoy no puedo ir a pilates, él me va a ayudar a hacer ejercicio, porque os aseguro que ir corriendo de una habitación a otra comprobando que todo está en su sitio, es una muy buena técnica para mantener el tipo (no vayais a pensar que tengo una casa de 150 metros, ni mucho menos, es que el niño se mueve mucho).

Mientras le tengo a la vista no hay problema, pero si no sé donde está y reina el silencio en casa.,,mmmmmm, malo malo, porque sé que alguna trastada está haciendo y desgraciadamente la experiencia me da la razón. Esta misma mañana, después de desayunar, le he perdido la pista un momento, yo andaba por la cocina y él en el cuarto donde tiene los juguetes, cuando la ausencia de ruido me ha sacado del limbo (todavía estaba medio dormida), automáticamente le he preguntado con un tono un tanto ¡alterado!, "¿qué haaaceees?", como era de esperar no responde asi que cierro los ojos, cojo aire, respiro hondo y sin contar hasta tres voy como alma que lleva el diablo, y ahí está, con los plastidecor en la mano y la vista puesta en el suelo.

En centésimas de segundo me pongo en lo peor y mis temores se confirman: hoy el pequeño de la casa ha decidido que el parquet no le gusta como está y que necesita un poco de color, vamos, que el jodio ha pintado el suelo y encima me mira satisfecho con su obra de arte. Sin dudarlo ni un instánte le arrebato los lápices, ¡se acabó, ya no coloreas más hasta que mamá lo diga! Y para más inri lo ha hecho hoy, precisamente hoy que le habia levantado el castigo de días atras, porque no es la primera vez que redecora la casa. Hace una semana le dio un toque de color a la pared de su habitación y va y me dice todo sonriente ¡mami, he pintado una nube!..Me eche las manos a la cabeza al verlo y pensé "si al menos hubiera pintado la Capilla Sixtina!...pero no, era un enooooorme garabato que ocupaba media pared. Menos mal que puede borrar el cuadro abstracto del pequeño grafitero, pero él no se libró de un azote en el culo (todavía lleva pañal, asi que no le duele mucho) y de un grito: ¡hoy no sales a jugar a la calle!, es lo que más le duele...eso, y castigarle con no comer, parece increible pero es cierto, le digo que no le voy a dar guisantes y su actitud cambia, me mira con ojitos y me dice "¿estás enfarara mami?, me voy a portar bien, ¿vale? vale". Es un niño pero no es tonto, utiliza sus armas de seducción, sabe que con una sonrisita puede arreglarlo todo, pero ¡cuidado!, hay resistirse porque si no estás perdida.

Los niños tienen demasiada energía y hay que agotarles. Como esta mañana no llovía, hemos salido un ratito al patio y por supuesto con su moto correpasillos...¡que gran invento!, da gusto verle correr, sobre todo pensando en la siesta que te vas a echar, pero para eso es fundamental  animarle, "venga, haz una carrera con tu amiguito, teneis que ir corriendo hasta aquella esquina, luego venís, dais la vuelta por aquí y hasta la otra esquina"...¡hala, a descargar pilas hasta la hora de comer! Todo ha salido perfecto, ha comido, se ha dormido y ha llegado mi hora de descanso, que con un poco de suerte pueden ser dos horas y media, ¡viva la moto correpasillos!

martes, 8 de noviembre de 2011

Mi vida sigue igual tras el debate: paro y pilates

Mi segunda clase de pilates. Me quito las zapatillas de deporte y cojo una colchoneta. Echo un vistazo a la sala, somos pocas, todo mujeres y la mitad de ellas rondan los 60 años...es una buena edad para no sentirte la más torpe de la clase. Nos colocamos frente a la monitora, una chica joven, pequeñita, sin un gramo de grasa que comienza a doblarse y estirarse como si fuera chicle, ¡qué facilidad! ¡cómo puede quedarse sentanda con las piernas en alto, el tronco erguido mientras mueve los brazos de arriba a abajo y encima hablando! y lo más dificil ¡cómo lo voy a hacer yo! En estos casos lo mejor es actuar y no pensar, asi que sigo al pie de la letra lo que dice: "tumbadas boca arriba en la colchoneta ..cogemos aire por el estómago y soltamos poco a poco"...hasta aquí bien, a partir de ahora no tanto...llega el  momento de "coge aire, mete tripa, relaja esternón, aprieta culo y comienza a levantar el tronco poco a poco pero sin mover las piernas", ¿a qué suena doloroso? pues lo es, y mucho...¿quién ha dicho que en pilates no se hace ejercicio? seguro que ha sido un hombre, ¡hay tantos en mi clase!...como ya he dicho, ni uno, todo mujeres.

El pilates requiere una gran capacidad de sufrimiento (y de eso las mujeres sabemos mucho), además de un sufrimiento de goteo, porque todos los movimientos hay que hacerlos muy despacito y de forma continuada, dicen que es para trabajar bien cada zona, ¡y tanto que se trabaja, más que una técnica de relajación es una tortura para acabar relajada pero por agotamiento! Sin embargo y aunque suene duro, cuando consigues hacer más o menos la postura, te sientes muy bien y sientes como estiran tus músculos, es un sensación  placentera porque además ¡descubres que ahí tenias músculos!  A veces los ejercicios los acompañas con algun objeto, en este caso con una gran pelota azul que desde el primer dia se ha convertido en mi pesadilla...cuanto más intento acercarme a ella, más se aleja ella de mí, es como un amor imposible pero yo no soy de las que tiran la toalla tan fácilmente...se lo voy a poner difícil, ¡juro que conseguiré mantenerme encima de ella sin perder el equilibrio!

La sesión de pilates me ha venido muy bien para ver el tan esperado debate Rubalcaba contra Rajoy...tengo tantas agujetas, que el sofaning es la mejor manera para sobrevivir a estos molestos y pequeños aguijonazos internos que no cesan de pincharme en practicamente todas las partes del cuerpo. Mientras tomo posiciones, pienso en lo que diria mi monitora de pilates (por cierto, una técnica que tiene más años que mi abuela que ha pasado ya de los 90, y que nada tiene que ver con el pais de joroña que joroña, porque Pilates, aunque suene a griego, no lo es, es alemán,  ¡a ver si pensais que me voy a poner en manos de cualquiera sin informarme antes!). Bueno, pues como iba diciendo, mi querida monitoria me diría:  "tumbate boca arriba y estira todo lo que puedas...estira más...más...ahí está bien...manten esa postura..asi...muy bien", y yo que soy una alumna aplicada no pienso moverme del sofá hasta que acabe el debate o el debate  acabe conmigo (que es lo más probable).

Empieza el combate, Rubalcaba ataca, Mariano se mantiene, no se sale ni un reglón de lo escrito...esto pinta mal, creo que la primera en caer k.o. voy a ser yo... la verdad es que no tenía muchas ilusiones puestas en el ring. Acaba el primer asalto y nada que resaltar que no sea aburrimiento, la técnica del "y tú más y tú más" no me ha cautivado nada, lo único es que me ha hecho viajar en el tiempo y volver a vivir momentos de la infancia donde peleaba así con los amiguitos...¡pues anda que tú, pues tú!...¡rebota rebota que en tu culo explota!...y cosas así...¡qué recuerdos! y ¡Dioooos, qué lejanos!

Vuelvo del pasado que comienza el segundo asalto: se anima un poco más pero siguen sin decirme cómo van a solucionar mi problema y el de 4.999.999 de personas más, ya sabemos que el trabajo está mal pero para decir eso no hacia falta gastarse medio millón de euros que es lo que ha costado organizar este tinglado. Lo dicho, de lo que dicen no me interesa nada y de lo que no dicen me interesa todo...un momento, hablan sobre la ley de igualdad y oportunidades, esto me interesa... Rubalcaba, y Mariano asintiendo con la cabeza, dice que hay que luchar para conseguir conciliar la vida laboral y familiar y que suele ser la mujer la que más la concilia, ¡que me lo digan a mí, que desde hace unos meses concilio al cien por cien la vida familiar con la vida familiar!, ¡ya me gustaría verme con el problema de tener que conciliar el trabajo con mi peque y con el padre de mi peque!... ¿no sería mejor hablar primero de cómo solucionar el problema del paro y luego de cómo conciliar "con" trabajo?, igual es una tontería lo que digo, pero seguro que a las madres que están sin trabajo (y seguro que somos muchas) no les parece tan forrest gump la idea.

Bueno, menos películas y más realidad, y la realidad es que por fin suena el gong, se acabó el debate, cada uno a su sede de partido a comentar la jugada y yo, que soy buena alumna, sigo con la misma postura en el sofá y en el  paro...la vida sigue igual que antes del debate.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Madre parada en busca del trabajo pérdido

Son las 9:30 de la mañana, el niño ya está en la guarde y mi tiempo empieza ¡ya!.Tengo ocho horas para terminar con éxito mi gincana particular que tiene como premio ¡un trabajo!  ¡Diooos, hace tres meses que no sé lo que es eso!... levantarme temprano, desayunar a toda pastilla, coger el coche, meterme en un atasco ( y ver como el del coche de al lado intenta que su dedo meñique llegue a lo más hondo de su nariz), encontrar sitio para aparcar, dar vueltas y vueltas mientras miras el reloj y ves que ya llegas tarde cinco minutos...por fin aparcar, salir escopetado y ya, casi sin aliento, llegar y ¡hala, a currar!...ufff, ¡que estrés! pero joder, lo echo de menos. 

Bueno, se acabó tanto soñar y al tajo que hay mucho que hacer. Lo primero, cojo el ordenador y echo un vistazo en internet a las ofertas de empleo, ésas a las que siempre te apuntas y de las que nunca te llaman...al menos yo no conozco a nadie que le haya pasado, pero igual que no creo en las meigas y haberlas haylas, puede existir ese especimen raro que ha encontrado trabajo a través de una de esas páginas.... Por favor, si alguien le conoce, que se ponga en contacto conmigo, porque si no lo veo no lo creo, como diría Santo Tomás, al que ya de paso le pido que interceda por mí ante Dios y me ayude en la gincana.

Me dejo de tanta letanía y pongo de nuevo los pies en la tierra. Pienso "termina rapidito con el correo que aun te queda la ronda de llamadas y esa es más difícil". Como un autómata, envio los correspondientes emails encabezados con el "hola, no se si te acuerdas de mi, espero que si, estuvimos trabajando juntos en..." y le añado el eterno documento adjunto donde cuentas tu vida laboral lo mas resumida posible para que entre en un folio o dos a lo sumo. Hecho esto, y después de comprobar que no tengo ninguna noticia que celebrar, miro el móvil, fijo la mirada sobre él, me concentro como si fuera Uri Geller y espero a que suene...cuento mentalmente, una, dos yyy...tres con todas mis fuerzas... pero no...ni medio tono..., ya se que de ilusiones no se vive (aunque el tio este que doblaba cucharas se forró en televisión),  pero ¿y si llega a sonar? pues me hubiera metido un buen susto y no miento, quien me conoce bien sabe lo asustadiza que soy, vamos, que pongo el tostador y cuando saltan las tostadas, salto yo con ellas y no exagero...cada uno tiene su talón de Aquiles.

Llega el temido momento de llamar a la gente de la que hace mucho tiempo no sabes nada pero crees que pueden echarte una mano. Practico antes de coger el móvil, "hola fulanito, cuánto tiempo sin saber de tí... cómo te va...yo muy bien, bueno bien bien no, ya sabes lo mal que está el curro, yo ahora estoy buscando...etc etc". Vale, "ha llegado el momento de la verdad, tú puedes", me lo digo en alto para darme ánimos y agarro el móvil. Hablo con uno, hablo con otro, me dejo unos cuantos euros en llamadas y lo único que saco en claro es que el tema del trabajo está muy mal (algo que ya sabía) y unas cuantas direcciones a las que enviar el curriculum...cosa que agradezco y que por supuesto hago.

Miro la hora, se me ha pasado media mañana y tengo la cabeza embotada...necesito despejarme, asi que me voy a estirar un poco los músculos y a intentar encontrar el equilibrio (que no es nada fácil) en la clase de pilates bajo el lema "mens sana in corpore sano"...vamos, que voy a cultivar mi cuerpo, mientras me llega el momento de darle al intelecto...a ver si mañana tengo más suerte y consigo el premio de la gincana: el trabajo pérdido...bueno, más bien no encontrado.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Como ser madre, parada y no morir en el intento

Como cada mañana me levanto con el dulce llanto de mi hijo, seguido de un agudo ¡mamaaaaaaaá!, que retumba en mi cabeza una y otra vez, es un agradable grito matutino, una mezcla entre un niño poseido y el gruñido del cerdo en sus últimos minutos...vamos, un detallazo que se acuerde siempre de mí (¿por qué no de su padre? ya que no lo hace él, lo hago)...y esto siempre antes de las 8 de la mañana, bueno, hay algunos días que toca diana a media noche o aparece en mi cama con su sabanita en la mano y diciendome ¡ariba, ariba! (no está mal escrito, es que la doble ere aun no la pronuncia bien del todo, solo tiene dos añitos). Doy varias vueltas en la cama, con ese sonido de fondo infantil al que ya me voy acostumbrando, hasta que decido concederle una pequeña victoria: ¡me rindo cariño, ya me levanto!

Con las persianas de los ojos a medio abrir, cogidos de la manita (a veces en brazos, solo si insiste mucho, que es en la mayoría de los casos) nos vamos al salón, enciendo la tele y Dora exploradora entra en nuestras vidas. Aprovecho ese momento en el que está ensimismado viendo como el amigo mapa les dice donde tienen que ir, para ir yo a la cocina y prepararle el bibi. Suena el microondas, él lo oye y me recuerda con toda su potencia de voz, ¡mamaaaaaá, el bibiiiiiiii!...vamos, como si no me hubiera dado cuenta...,"gracias hijo, muchas gracias", lo digo alto y sonriente para que me oiga bien, porque ahora estamos en la fase de "hay que dar las gracias cuando te ayuden" y por supuesto practicar con el ejemplo, o al menos eso creo... soy madre primeriza, por si no lo habiais notado.

Me gusta verle desayunar, no habla, ni grita, ni llora...tiene la boca ocupada tomandose el bibi y se olvida de mí. Ahora es el momento para preparse un café y unas tostadas con aceite. Taza en mano y plato con tostadas en la otra, me voy con él al salón, me siento a su lado en el sofá y...lo sabía, ya las ha visto. No tarda ni una décima de segundo, ¡mamá, ¿son para mi?!, "si cariño, toma un trocito". Rápido y veloz, como ave de rapiña, me arrebata el trozo de tostada de la mano y la engulle a la velocidad del rayo. Le miro mientras tomo un sorbo de mi café, pero he de reconocer que lo hago encantada, porque otra cosa no, pero comer, come de maravilla y eso es una bendición, seguro que las mamis entienden a la perfección lo que digo.

Salgo del ensimismamiento en cuanto miro el reloj y veo que se acerca la hora de llevarle a la guarderia... "noooooooo, llegó el momento crítico". Hay que afrontarlo con valentía, pongo una sonrisa de oreja a oreja y le digo con la voz más dulce y suave que me sale, "vamos cariño, que hay que ir al cole", pero ni por esas...¡noooooo, no quiero ir al cole, no quiero ir al coleeeeeeeee!...Todos los días igual, solo hay una solución: le coges en brazos aunque patalee y te lleves alguna, vas directamente al cuarto a vestirle y haces oídos sordos, al final siempre se les pasa el berrinche.

Ya estamos listos para salir a la calle, a veces andando y otras en el carrito, depende de cómo lleve el berrinche. Afortunadamente, el trayecto hasta la guarderia es corto y como es muy parlanchín se pasa rápido, ¡mira mamá un autobus...una moto...un coche! (todo lo que vaya sobre ruedas llama su atención), "qué bonito hijo...que grande...¿de que color es?" y él siempre responde ¡azul blue! (creo que es su color favorito, aunque empiezo a sospechar que es el único que conoce). Nos vamos acercando al cole y el jodio se pone contento después de la que arma en casa, ¿qué os parece? El solito llama a la puerta, coge su mochila con ruedas y desaparece por el pasillo tan feliz...y a mí, se me queda una cara de felicidad que no la voy a negar, ¡tengo ocho horas para mi, solo para mi!

Mientras vuelvo caminando a casa, empiezo a pensar "¿qué hago hoy?", no os creais que es una bicoca tener tanto tiempo libre cuando desde hace unos meses tu principal ocupación y preocupación es buscar trabajo, ufff, eso es más duro que cuidar de tu hijo que es algo que hago con mucho amor y cariño, aunque me pelee con él, pero son gajes del ser madre. Lo del curro es otra historia, por hoy ya está bien.