sábado, 12 de noviembre de 2011

Hoy puede ser un gran día....y lo es

Un día grande...mis dedos han sobrevivido aunque teñidos de un ligero color cardenalicio, pero el sacrificio ha merecido la pena porque ¡TENGO TRABAJO! Está cerca de casa, puedo ir andado y de camino dejar a mi enano en el guarde, no tengo que estresarme porque llego tarde y no encuentro sitio para aparcar el coche, ni llegar con la lengua fuera por el sprint final...todo ventajas, la única pega es que son pocos días de trabajo, solo 15, pero tal y como está el patio, me parece un lujo...no me puedo quejar, o mejor dicho, no debo quejarme sabiendo que todavía hay 4.999.999 parados, por respeto a ellos. El lunes dejaré de ser oficialmente desempleada (aunque de forma temporal), llevaré mi tarjeta de la Seguridad Social y el número de cuenta en la que me ingresarán la nómina correspondiente a los días que trabaje, pero nómina al fin y al cabo, ¡toma ya! ¿ahora que tiene que decirme la caja de mi cuidad natal (soy de Madrid, por si alguien no lo sabía)? ¿me volverá a cobrar los 17 euros de gastos de tarjeta? supongo que ahora me tratará como antes, como a una clienta más.

Por un tiempo voy a volver a ser madre trabajadora y a recuperar mis derechos, solicitaré de nuevo los 100 euros mensuales por ser madre de un niño menor de 3 años y trabajar, aunque ¿no sería más lógico que la ayuda te la prestaran mientras no trabajas que es cuando te hace falta el dinero? Lo mismo pasa con el famoso cheque guardería (otros 100 euros al mes) del que nunca me he beneficiado porque si no trabajas en el momento de pedirlo no hay nada que hacer, y a mi siempre me ha pillado en paro aunque al mes siguiente haya empezado a trabajar...vamos, que a las madres paradas les sale más cara la guardería que a las que tienen un sueldo a final de mes...son las grandes contradicciones de la sociedad del bienestar. Pero se acabaron las quejas que hoy es un dia grande, voy a volver al mercado laboral y encima es mi cumpleaños.

Hoy hace taytantos años que nací, no digo la edad por no dejar mal a las demás, las comparaciones son odiosas y es feo hablar de edades, solo diré que he rebasado los límites de...y no de los 30, hasta ahí puedo llegar. Mi hijo ha sido el primero en felicitarme, con esa puntualidad británica que le caracteriza, a las 8 en punto de la mañana ha hecho acto de presencia en mi habitación y con su dulce voz me invita a acompañarle al salón, al tiempo que tira de la sábana, ¡mamiiiiiiiiiiiii, ariba, al salooooooón! Sus deseos son órdenes para mí aunque me resista...con un movimiento más agil que de costumbre, me pongo en pie ¡halejop! hoy no me importa levantarme, es mi cumpleaños, he recibido el mejor regalo que podian hacerme en este momento ¡un trabajo!, tengo a mi hijo, a mi marido...el teléfono no deja de sonar ¡felicidades!...y encima ha salido el sol, ¿qué mas puedo pedir?

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