miércoles, 16 de noviembre de 2011

Los amigos se hacen...y te hacen la vida más agradable

Es agradable encontrarse con antiguos compañeros, pero sobre todo que se alegren de verte y eso se nota.  A lo largo de los taytantos años recién cumplidos que tengo, he aprendido a distinguir a la gente que te aprecia de la que no, además suele ser algo mutuo, normalmente no caes bien a quién no te cae bien. Eso te da otra pista para descubrir la verdadera cara de la amistad. Ojo, que no es una regla de oro pero suele funcionar y si no haz la prueba...piensa en alguien a la que no tengas especial cariño...¿a qué tampoco ella suele ser especialmente simpática contigo?  (¡joder, parezco una psicoanalista argentina por lo menos!) O dicho de una manera mucho más sencilla, que os caéis como el culo pero como hay que convivir y tus padres te han enseñado muy bien, eres educada y saludas de forma educada y ¡ya está! Hipocresias las justas.

En estos tres días de reencuentros en el trabajo, he comprobado mi teoría. Los abrazos y be sos son un pulsómetro perfecto, dependiendo de la intesidad de ambos, asi es el grado de amistad o aprecio. Estoy muy satisfecha porque los de bajo consumo han sido muy pocos (y por supuesto reciprocos). Luego está la tan manida palabra "feeling", eso que se supone te da o no te da cuando conoces a gente nueva, y que puede ser bueno o malo. En mi caso, esa "sensación" (me gusta más esta palabra y creo que es menos pretenciosa) ha sido buena. Me siento agusto con mis actuales compañeros y creo que ellos también lo están conmigo. No se nos ve forzados en las conversaciones ni en las risas que nos echamos durante nuestros momentos kit kat. La verdad es que son muy majos y me han adoptado como hermana mayor...tengo algún año más que ellos...pero no tantos como para ser su madre aunque en mi casa si lo sea. Y hablando de mi condición maternal, me voy a la cama que es tarde y mi pequeño y dulce despertador no perdona por las mañanas.

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