domingo, 20 de noviembre de 2011

Un día estuve orgullosa de mis políticos...¿sueño o realidad?

Cinco minutos más y me encuentro las puertas del colegio electoral cerradas. He alargado tanto el fin de semana que si me descuido no llego a ejercer mi derecho al voto. Tampoco me hubiera echado las manos a la cabeza si no me da tiempo a meter la papeleta en la urna, porque un voto más o menos no creo que cambie el rumbo político de nuestro país, o ¿si?...y más en unas elecciones donde todos daban por vencedor a Mariano Rajoy desde que se conoció la fecha clave del 20 N. Creo que ha sido la campaña electoral más aburrida y menos emocionante que he vivido en mis taytantos años de...bueno, algunos menos porque  tengo que restar mis primeros 18 años de vida (esos en los que se supone no tienes juicio suficiente para decidir lo que quieres y puedes hacer, un derecho que hasta ese momento solo tienen tus padres y que por supuesto yo pienso ejercer sobre mi hijo). La verdad es que la única sensación que me ha provocado es pereza, pero como no quiero ser una pecadora y menos de grado capital, he ido a votar.

Parece que somos pocos los que hemos superado la pereza y rellenado las urnas de cristal de sobres blancos y sepia. No me extraña. El panorama económico es devastador y los candidatos han estado más preocupados en desacreditar al otro en lugar de contarnos cosas que de verdad nos interesan y afectan, como por ejemplo soluciones para acabar con el paro, un dos tres responda otra vez. Ni siquiera fueron capaces de animarnos en el famoso y descafeinado debate entre Alfredo Rubalcaba y Mariano Rajoy, a mí dejaron fría aunque paradójicamente muy calentita porque ¡joder, ninguno quiso mojarse y detallarnos el duro tratamiento que nos van a administrar! (creo que nos van a hacer mucha pupita). El mensaje que dejaron, o al menos a mí, fue " renovarse o morir " y es lo que ha pasado.

Las primeros escrutinios ya situaban a Rajoy con mayoría absoluta y no se han equivocado, por fin puede decir eso de "a la tercera va la vencida y conquisto la Moncloa". Solo espero que de verdad el nuevo presidente del Gobierno coja al toro por los cuernos, que la oposición sea responsable, olvide pronto el descalabro y juntos hagan lo que tengan que hacer (me temo que van a ser recortes y más recortes e impuestos y más impuestos...vamos, que nuestro bolsillo se va a quedar temblando y eso si tienes suerte de tener un trabajo), pero ¡por favor, sáquennos del pozo que cada vez huele peor y no tengo ganas de que la mierda me llegue más allá de la rodilla! Me gustaría poder decirle a mi hijo que por una vez en la vida estuve orgullosa de mis políticos, que el 20 de noviembre de 2011 decidieron enterrar el hacha de guerra y pelear codo con codo para salir "todos" victoriosos. Lo sé, es una utopía, pero ¡sería tan bonito! Hala, ahí os dejo eso, un sueño para reflexionar. Por cierto, ayer le dediqué la jornada de reflexión a mis amigos, con los que disfrute de un estupendo fin de semana en una casa rural lejos del mundanal ruido. ¡Os quiero chicos!

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