domingo, 11 de marzo de 2012

La felicidad se puede medir en segundos

El día tiene 24 horas, la hora 60 minutos, el minuto 60 segundos y cada segundo tiene 10 décimas, 100 centésimas, 1000 milésimas, 10.000 milisegundos,100.000 microsegundos, 1.000.000 nanosegundos... y así sucesivamente hasta llegar a la mínima mínima expresión del día. Pero existe una forma más sencilla de contar el tiempo que transcurre a lo largo de una mañana y una noche, y es medirlo en felicidad por segundos, teniendo en cuenta que el día tiene 86.400 segundos.
Empezamos con  el experimento. El que más o el que menos se pasa durmiendo unas 8 horas que son 28.800 segundos. ¡Joder, parece que estoy jugando a cifras y letras! Da igual, sigo. Hay que echar otra hora más para ducharse, vestirse, desayunar...y otra hora de media para llegar al trabajo (los más de 5 millones de parados tendrán una párrafo aparte) más la de vuelta, hacen un total de 10.800 segundos.¡Joder, ahora soy como una de las azafatas del Un, dos, tres...por cierto, que gran programa fue! Bueno, dejemos de dar pistas sobre la edad que podemos tener y al lío que aún nos quedan muchos segundos por analizar.

Llevamos 39.600 segundos, casi la mitad del día y aún no hemos tenido tiempo de sonreír abiertamente. Durante el sueño no te enteras ni del NODO, recién levantado normalmente el sentido del humor escasea y camino del trabajo entre las prisas y los atascos tenemos cara de pocos amigos. Suma y sigue. Según lo estipulado por ley, cuando llegas a la oficina tienes que trabajar 8 horas, que son otros 28.800 segundos y eso si no hay que echar una horita más que serían otros 3.600 segundos, que sumados a los anteriores (volvemos a ponernos las súper gafas de azafata del mítico programa de Chicho Ibáñez Serrador) hacen un total de 72.000 segundos, que restados a los 86.400 que tiene el día, dan como resultado final 14.400 segundos que nos quedan para disfrutar, y que traducidos a horas son...¡joder, solo 4 horas!

Si de esas 4 horas una la dedicamos a bañar a los niños y preparar cenas, más otra para que se duerman, eso significa que ya hemos consumido la mitad y que solo nos quedan 7.200 segundos para ser relajadamente felices. La verdad es que es poco tiempo, por eso hay que intentar no desaprovecharlos y repartir sonrisas y alegrías para los que están a tu alrededor y guardarte unas cuantas para ti. Eso es la felicidad, al menos para mi, porque si haces felices a los que te rodean consigues aumentar la tuya. Suena algo egoísta pero ¡a quién no le gusta que le hagan feliz! Solo un tonto diría que no.

PD. No me olvido de los que no tienen trabajo. Ellos desafortunadamente tienen tiempo de sobra para ser "felices" pero seguro que prefieren tener solo 7.200 segundos que son los que una persona tiene de media al día.

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