¡Qué nervios! Los Reyes Magos están de camino y aún no sé
qué pedirles. La verdad es que no soy nada caprichosa y nunca pido nada, pero este
año sí lo voy a hacer. Llevo días estrujándome la cabeza pero la idea no llega.
Ayer le di vueltas a un móvil nuevo porque los siempre exclusivos de Apple
parece que decidieron por mí y pensaron que debería renovar mi viejo Iphone 3G
no dejándome seguir con mi versión de whatsapp porque la nueva necesita un
soporte superior, vamos, que me dejaron
sin la aplicación. Pero gracias a las redes sociales y a las numerosas quejas y
amenazas de “en mi casa no entra nunca
más un apple”, los de la manzanita parece que se han echado atrás y vuelvo a
tener acceso al invento mensajero del siglo.
Reestablecido el whatsapp, adiós al regalo telefónico. Vuelvo
a partir de cero. ¡No se me ocurre nada! ¡Es muy fuerte! Empiezo a pensar que o
bien soy una insulsa o bien que tengo de todo…bueno, mejor voy a optar por lo
segundo y a seguir haciendo recuento mentalmente de lo que puede hacerme falta.
La verdad es que soy de las que prefieren dejarse sorprender, soy muy
agradecida para los regalos, pero que quede claro que no todo vale porque quién
me conoce sabe lo que me puede gustar y sobre todo lo que no (lo digo por si
alguien de repente tiene el impulso de regalarme algo).Me temo que otro año más voy a confiar en la bondad de los Reyes Magos y que sean ellos los que decidan por mí. Además el 2012 ha sido el año de los recortes y no están los bolsillos para mucho gasto. Espero y deseo que todo el mundo tenga su regalito. ¡FELICES REYES A TODOS!
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